Notas de Interes


La Nacion - SOCIEDAD - 01/11/2012
Texto El nuevoCódigo Civil prohíbe a los padres darle "chirlos" a los chicos
 
 
 
El nuevo Código Civil quita el "poder de corrección" a los padres y veda cualquier castigo físico.
Magdalena Muñoz tiene 38 años y es madre de cinco hijos, de entre dos y siete. No trabaja fuera del hogar, se dedica a ellos. Al momento de marcar límites se define como "autoritaria". Se explaya: "No les permito los caprichos. Si un adulto dice que no es no, ese es el límite y no se discute. No hay nada que charlar ni que entender mucho. Es No . Soy antigua en ese sentido. Lo ideal es no llegar al chirlo , pero a veces es necesario. Hay dos tipos de chirlos : uno que es pensado y es el que le doy cuando uno se me escapa corriendo a la esquina y cruza la calle, que es para que aprenda que eso no se hace. Lo otro, el chirlo que te sale de bronca, cuando estás sobrepasada por la situación. Y no está bueno".

El nuevo código civil pretende derogar el llamado "poder de corrección" y cambiarlo por el deber de los padres de "prestar orientación y dirección". Además, explicita la prohibición total de malos tratos. En el código vigente, si bien se legislaba en el mismo sentido, el artículo 278 adjudicaba a los padres el poder de "corregir" a sus hijos, siempre que lo ejercieran "moderadamente".

Pero, ¿cómo educa a sus hijos una familia numerosa? ¿Cuál es la vigencia de la creencia popular "un chirlo a tiempo"? ¿Qué cuestiones se fueron modificando en cuanto a los límites que marcan padres a hijos? ¿Qué opinan abogados y pedagogos?

Código vigente:

Artículo 278. - Los padres tienen la facultad de corregir o hacer corregir la conducta de sus hijos menores. El poder de corrección debe ejercerse moderadamente, debiendo quedar excluidos los malos tratos, castigos o actos que lesionen o menoscaben física o psíquicamente a los menores. Los jueces deberán resguardar a los menores de las correcciones excesivas de los padres, disponiendo su cesación y las sanciones pertinentes si correspondieren.

Nuevo código:

Artículo 647.- Prohibición de malos tratos. Auxilio del Estado. Se prohíbe el castigo corporal en cualquiera de sus formas, los malos tratos y cualquier hecho que lesione o menoscabe física o psíquicamente a los niños o adolescentes. Los progenitores pueden solicitar el auxilio de los servicios de orientación a cargo de los organismos del Estado.

La mirada legal
La abogada Marisa Herrera, investigadora de Conicet, compara los fundamentos de ambos códigos y se detiene en los del proyecto de reforma "se deroga el llamado 'poder de corrección' por ser ésta una facultad más acorde con la noción de 'patria potestad'; en cambio, se regula el derecho/deber de los progenitores de ' prestar orientación y dirección ', y se expresa que para esta labor se requiere un ' intercambio con el hijo de acuerdo con cada etapa de su desarrollo '".

Según se explaya Herrera, esta es una demanda marcada por los instrumentos internacionales de Derechos Humanos de aplicación obligatoria y que inspiran toda la regulación infraconstitucional, o sea, un escalón normativo más abajo como por ejemplo las leyes y, entre ellas, el Código Civil.

"Desde esta perspectiva obligada, se debe derogar el 'poder de corrección' ya que esta permisión estaba a tono con la vieja idea de ' patria potestad ', es decir, el padre dueño de la mujer y de los hijos, totalmente contraria a la noción de ' responsabilidad parental ', por la cual los hijos son considerados sujetos de derecho y deben ser educados no a través de la violencia, sino a través de la palabra, el diálogo", explica.

La letrada celebra este paso en el código y agrega: "Si no se procediera a derogar el poder de corrección, la Argentina podría ser pasible de ser responsabilizada en el ámbito internacional por no colaborar de manera directa en la erradicación del maltrato infantil, promoviendo espacios de participación y escucha y no reforzar vínculos en torno a la idea de 'poder' y de 'corrección' para evitar que los niños "se tuerzan".

Además, rescata como positivo que la nueva legislación se preocupe de indicar que el Estado está obligado a brindar auxilio y protección mediante servicios de orientación a los padres.

Virginia todavía hoy, con 35 años, recuerda los pellizcos que le daba su mamá cuando en el banco de la iglesia empezaban a reírse con su hermano. A veces la ligaba ella, a veces él. Después los ponían a cada uno en una punta. A la salida venía un reto. También recuerda, ahora entre risas, los chancletazos que le lanzaba su madre -y que nunca acertaba- cuando no había manera de que durmieran la siesta o de que, al menos, estuvieran en silencio sin salir al sol de las dos de la tarde.

La mirada pedagógica

La doctora en Educación Silvina Gvirtz también celebra el cambio y expone sus motivos. "El prohibir el castigo físico es indispensable porque es lo que permite apostar a la educación como forma de resolver los conflictos. No significa que no existan límites, pero éstos no deben ser mediante agresión física o psíquica sino desde la palabra, marcando lo que los chicos pueden y no pueden hacer. Nunca con violencia ni física ni psicológica".

Según reflexiona: "Si el papá pega, el hijo entiende que el golpe es un modo de resolver un conflicto y lo replica. En cambio, lo que enseña una sociedad inteligente y democrática es que los conflictos se resuelven a partir del diálogo, de establecer acuerdos. Lo otro, es la imposición del más fuerte por sobre el más débil".

Esta especialista, investigadora del Conicet, directora ejecutiva de Conectar igualdad , reconoce que existen diferencias entre "el acto reflejo de pegarle a un chico en la mano cuando mete la mano en el enchufe", de un acto de violencia como puede ser una paliza. De todos modos, repudia ambos. "En lugar de la violencia, por más de que sea un golpecito en la mano, es mejor ser vehemente en la palabra, en el ' No ' y en la actitud de firmeza con que marquemos el límite".

Gvirtz considera que este es el camino para desactivar todo tipo de maltrato familiar. "La violencia se suele ejercer contra la mujer y también contra los chicos", recuerda.




El Índigo y el ADD/ADHD

María Dolores Paoli


Cada día aumenta el número de niños diagnosticados con Déficit de Atención (ADD) e Hiperactividad (ADHD) llegando a proporciones casi epidémicas. Pareciera que se ha convertido en moda. No hay duda que habrá casos que reúnan las características neurofisiológicas para dicho diagnóstico. Sin embargo, ¿por qué en determinados métodos de educación, como es el caso del Método Waldorf, hay una sustancial disminución de la incidencia de este diagnóstico? ¿Será que este método basado en el respeto de la individualidad, en la integración del individuo con el medio, está más centrado en la esencia del ser humano que en el cúmulo de conocimientos sobre la familia, la sociedad, las naciones, el mundo que ofrece nuestro sistema educativo tradicional y por ello tiene otro resultado?

Se ha fraguado toda una subcultura alrededor de este diagnóstico, dejando sólo dos tratamientos aceptables para la comunidad científica: el medicamento y la modificación de conducta, llegando a sustituir el diálogo en la casa por la pregunta “¿tomaste tu pastilla?”. Con ese abordaje tratamos de simplificar los problemas de la vida y le otorgamos a la química el poder de solucionar todo, colocamos el foco dentro del niño, no afuera, contrayéndonos ante la presencia de la situación “problemática” en nuestro entorno familiar, pero no nos ponemos “sus zapatos”, no nos enteramos de cómo se sienten, en qué está aportando esta situación, en cómo podemos abordarla desde un marco más integral para saber el tema qué nos está alertando.

Un niño puede tener inconvenientes en poner y sostener la atención, reflejándose en su comportamiento por muchas otras razones que un desorden de Déficit de Atención. Puede ser que las actividades escolares le parezcan aburridas porque son monótonas, repetitivas, sin creatividad, rígidas, impositivas, no dejando espacio para la novedad. O quizás su forma de aprender no se amolde a la del colegio o porque, en ese momento, su familia está pasando una crisis económica, emocional, o porque es alérgico a la leche o hipersensible a determinados alimentos que contengan colorantes, sabor artificial, azúcar, o porque su temperamento no encaje con el de sus padres porque su nivel de conciencia está más expandido que el de ellos y percibe la realidad desde un punto de vista más holístico, menos fraccionado. Por lo tanto, hay miles de niños que su individualidad está siendo reducida a un diagnóstico de desorden, controlada por una droga, etiquetados como “niños problema” porque no se adaptan a las normas escolares vigentes, ni a la disciplina autoritaria de ciertos padres.

El niño Índigo es muy frecuentemente, dentro del marco escolar, diagnosticado como un niño con ADD/ADHD (Déficit de Atención e Hiperactividad). Este diagnóstico comprende las características de hiperactividad, impulsividad y falta de atención. Desde el punto de vista de frecuencia Índigo en vez de hiperactividad se plantea que es un niño dinámico, energético; en vez de impulsividad se valora la creatividad y espontaneidad; la etiqueta de falta de atención se considera como un intento de disminuir su individualidad, pues el Índigo sí tiene la capacidad de concentrarse y sostener la atención pero sólo en lo que es de su interés y como su capacidad cognitiva generalmente puntea por encima de la norma, (con frecuencia manifestada en coeficientes intelectuales que están por encima de 120) se fastidia con facilidad, se aburre con lo repetitivo si no tiene más de un estímulo, con la monotonía de un solo tema pues su percepción multidimensional lo capacita para captar, procesar, interiorizar, información de diferentes fuentes al mismo tiempo y responde mejor en ambientes donde pueda participar en proyectos o en sitios donde múltiple información simultánea se maneje. Por ejemplo, puede hacer tarea, oír música y ver televisión simultáneamente.

El elemento de novedad y creatividad es su aliado en prestar atención, no la rutina, la monotonía, pues parte de su cerebro es activado por el nuevo estímulo. Si le permitimos ambientes que tengan centros de actividad, donde puedan tocar, armar, dibujar cosas, coleccionar, entrevistar a personas, actuar y vivenciar las clases, encontraremos niños que no mostrarán diferencias disminuidas en relación a niños “normales” sino que más bien los superarán. La cuestión está en el ambiente y en el abordaje del entorno, no en el niño.

La hiperactividad del niño Índigo es, muchas veces, debida a una sobrecarga energética que tiene que liberar moviéndose, por ello estos niños aprenden fácil y rápidamente en movimiento, por ejemplo, en casa, aprenden bailando, repasando las lecciones montados en bicicleta estacionaria, leyendo en mecedoras. En el aula, se sugiere enseñar con movimiento, por ejemplo, enseñar ortografía dinámica, en movimiento, sentándose en las vocales y parándose en las consonantes.

Este aspecto es totalmente opuesto a lo tradicional académico, donde se exige quedarse quieto para oír la clase, donde la fuente de información es primordialmente el profesor, donde hay una secuencia cronológica para hacer las cosas (mente lineal), cuando ellos requieren de multiplicidad; es decir, estímulo táctil, auditivo y visual simultáneamente, con el sentido del tacto como predominante de los tres, pues al ser el órgano más grande de nuestro cuerpo es a través del cual ellos descargan mayor condensación de energía y por el cual captan como antenas táctiles, de ahí su hipersensibilidad espacial y su necesidad de movimiento.

Su impulsividad muchas veces es producto de la capacidad que tienen de captar la información que se articula como la que se piensa simultáneamente e intervienen atropelladamente, costándoles esperar su turno para hablar pues ya han percibido el contenido energético y sólo les queda por reafirmarlo articulándolo.

Estos niños tienen una forma diferente de pensar, de procesar la información, de poner atención, de comportarse, pero en su esencia están intactos, completos, saludables y más bien engrandecidos en su capacidad, por lo que no son niños que sufren de desórdenes médicos. Los niños Índigo etiquetados con ADD/ADHD tienen problemas en encajar en el sistema tradicional de educación y por ello los medican para adaptarlos. Pero esa no es su misión. No es adaptarse al sistema educativo vigente sino cambiarlo. Ellos nos alertan de que nuestro sistema de educación no ofrece las condiciones necesarias en cuanto a la verdadera educación que requerimos para prepararnos y poder operar en una octava superior de conciencia, en otra dimensión.

Podríamos hacer el símil con los canarios que mantenían dentro de las minas. Cuando el nivel de oxígeno bajaba, los canarios caían muertos en sus jaulas, alertando a los mineros del peligro. Es posible que estos niños que están siendo diagnosticados masivamente con ADD/ADHD, etiquetados como niños problemas, sean los “canarios de los mineros” en nuestro tiempo, que nos están alertando para que transformemos nuestras aulas, nuestro sistema educativo en un ambiente dinámico, novedoso, excitante, participativo.

Lo que verdaderamente estos niños requieren es de adultos a su alrededor que les recuerden su poder, no se los minimice; los respeten, no los etiqueten; los escuchen, no los disminuyan y les enseñen estrategias que validen su aporte, para solucionar problemas de múltiples formas, pero que esas estrategias puedan ser contactadas desde su corazón, de acuerdo a su estilo de percepción. Recordemos que la verdadera educación no es la acumulación de conocimientos sino la sabiduría aplicada. El conocimiento con el tiempo se pierde, la sabiduría nunca se olvida. ¡Permitamos que estos niños nos aporten su sabiduría!





Estos niñ@s[1] cambiarán el mundo;
es responsabilidad de todos
atenderlos,
entenderlos
y apoyarlos.

 ¡Ahora!



¿Tiene su hijo o su hija problemas en el colegio? ¿Parece distraído o demasiado inquieto en clases? ¿Manifiesta percepciones extra sensoriales? ¿Utiliza un lenguaje muy desarrollado para su edad? ¿Parece enojado, sin aparente razón? ¿Es muy dulce con ciertos niños y hasta parece que los ama como si fuera su madre o padre? ¿Tiene miradas profundas que le sorprenden? ¿Le ha tratado de explicar las cosas que usted a veces no entiende? ¿Tiene mucha paciencia cuando se siente amado pero si siente que no, es tremendamente impaciente? ¿Usted no sabe cómo, pero muchas veces consigue lo que quiere? ¿Usted sabe que él o ella lo manejan? Si usted ha detectado alguno de estos indicadores, posiblemente tenga en casa un niño o niña Índigo.

Este apasionante tema nos concierne a todos de cerca porque se trata de co-forjar nuestra futura sociedad con ellos/as. Los niñ@s y jóvenes de la nueva generación son seres maravillosos, son los artífices de una humanidad más sabia, luminosa y armónica; tenemos que entenderlos y facilitarles su desarrollo, descubrir nuevas formas de convivir, co-operar, co-enseñar, co-crecer, co-crear  y co-aprender.


¿Quién es un niñ@ Índigo?

La generación Índigo, la cual puede estar constituida por bebés, niñ@s, jóvenes e incluso adultos y abuelos, se refiere a personas que presentan talentos innatos excepcionales de mayor percepción y sensibilidad en los ámbitos fisiológicos, afectivos, emocionales, conductuales, cognitivos, sociales, psíquicos y espirituales. Esta generación llama especialmente la atención por las siguientes razones:

-          se encuentra en todo el planeta, en  todos los sectores socio-económicos y culturas;
-          el aumento cuantitativo más y más acelerado de número de niñ@s con dichas características e incluso con otras nuevas aun más sorprendentes que recién se están investigando;
-          la rapidez cualitativa de cambios intrínsicos dentro de los mismos niñ@s y jóvenes, e incluso adultos;
-          las extraordinarias proyecciones a futuro que ésto conlleva.

Por eso, más que de niñ@s Índigo, se habla ahora de dinámica Índigo o conciencia Índigo, como un proceso global que concierne a toda la sociedad  (definición de la Fundación INDI-GO, 2004). 

Si esta tendencia sigue con la misma velocidad, proyectamos que de aquí a algunos años, esos niñ@s serán mayoría.

Se la denomina a nivel internacional Índigo, porque, según la autora estadounidense Nancy Ann Tape, su campo energético, también llamado aura, vibra dentro de un espectro azul-añil, lo que corresponde a una frecuencia de expansión de conciencia, cuyas características principales son la sensibilidad, intuición y espiritualidad.

Sin embargo, al parecer, en estos últimos tiempos, varios niñ@s, jóvenes, e incluso adultos, han adoptado ya otros espectros aún más sutiles, en tonos pastel, porque la vibración está elevándose a esferas más altas, lo cual hace que la palabra Índigo aparezca caduca.

No obstante, guardamos la palabra Índigo como una terminología genérica para nombrar a la nueva generación en general y para brindar un homenaje a la valentía y al coraje de la primera ola de niños y jóvenes que vinieron para inducir la aceleración de los cambios actuales.

Estos niñ@s, también llamados niñ@s de alta humanidad, de alta vibración, o simplemente niñ@s y jóvenes de la nueva generación, presentan algunas características en común, a pesar de que, obviamente, cada niñ@ es diferente, único y está bajo varias y fluctuantes influencias de su entorno.

Por lo general, se caracterizan, entre otros aspectos, por la autosuficiencia, el desafío o cuestionamiento a la autoridad, la hipersensibilidad, la habilidad de hacer varias cosas a la vez, la rapidez y los intereses precoces de orden intelectual y/o espiritual.

La siguiente lista, la cual no es exhaustiva, le puede ayudar a saber si su niñ@, alumno, alumna, o paciente tiene algunas características Índigo.

En general…

-           Presentan un alto grado de sensibilidad.
-           Son muy íntegros y congruentes entre sus pensamientos, palabras y acciones.
-           Tienen mucha energía, presentando un metabolismo más acelerado.
-           Se aburren fácilmente, en general porque son veloces y requieren de materias interesantes.
-           Se resisten a la autoridad, salvo si está democráticamente orientada.
-           No soportan la mentira, el engaño, la manipulación (aunque algunos niños han aprendido a manipular como medio de defensa y a utilizar las mismas herramientas de los adultos).
-           Prefieren otras formas de aprender. Son rápidos para entender las cosas
-           Manejan las computadoras y la tecnología de punta a muy temprana edad.
-           Pueden frustrarse fácilmente.
-           Pueden tener varias clases de experiencias extra-sensoriales. Están atraídos por asuntos espirituales y/o esotéricos a muy temprana edad. Hablan o preguntan acerca de Dios.
-           Son sumamente compasivos, presentando un alto grado de empatía. Pero no son susceptibles a la manipulación emocional ni a la “sensiblería”.
-           Adoran la naturaleza. Son muy compasivos con los animales y aman estar en contacto con la  naturaleza.
-           Oscilan entre una muy alta autoestima y fuertes bajones (a veces, con serios casos de depresión), pero, aunque siempre salen adelante, es mejor buscar ayuda a tiempo, con una persona en la que ellos confíen.
-           Demuestran una alta autonomía, desde temprana edad.
-          Pueden hacer dos o tres actividades a la vez.
-          Muestran insaciable curiosidad, siempre preguntan el por qué de las cosas y si encuentran el camino correcto les gusta aprender en todo momento.
-          Les resulta frustrante cualquier sistema de estudios que requiera muy poca creatividad, que no les de la libertad de aprender lo que necesitan, y sobre todo en el cual el maestro o el padre sea el único que sabe y el alumno el único que aprende.
-          Si experimentan fracasos o no logran lo que quieren, se resisten. Pueden frustrarse fácilmente, en especial hasta los 6 ó 7 años, porque los niños quieren hacer las cosas rápidamente y su cuerpo todavía no entrenado en motricidad no le responde adecuadamente o porque sus padres, maestros, y adultos en general, no les comprenden o no les tienen paciencia y los someten a un sistema tradicional de educación.
-          Tienen algunos comentarios como aquellos de los de adultos.
-          No soportan la mentira, el engaño ni la manipulación.
-          No soportan las peleas en casa o si alguien alza la voz.
-          Son nobles e íntegros.
-          Tienen mucha imaginación y creatividad.
-          Expresan lo que sienten, no importa de quién se trate.
-          Son sensibles al dolor ajeno.
-          Son intuitivos.
-          A veces puede ocurrir algún acontecimiento especial durante el embarazo y/o el parto.

La investigadora estadounidense, Dra. Doreen Virtue, 2001: 22, observa en ellos/as una neta personalidad de pionero, es decir que reúnen las cualidades de:
-           Autosuficiencia
-           Testarudez
-           Creatividad
-           Sentido del humor
-           Liderazgo y carisma.

Estos niñ@s presentan características comunes y únicas que inducen a las personas que interactúan con ellos,  en especial los padres y los educadores, a cambios profundos en el actuar,  vivir, ser.

Algunos de ellos pueden ser niñ@s superdotados, con un coeficiente intelectual elevado. A veces sus características son erróneamente confundidas con desórdenes de Deficiencia de Atención[2] (DA) e Hiperactividad (DA / H). Muy a menudo se los etiqueta como “niñ@s problema” que presentan supuestas dificultades de aprendizaje en general por ser inquietos, veloces y aburrirse con facilidad, principalmente cuando la materia estudiada les es presentada de una manera monótona y poco interesante.

Se reportan varias clases de Índigo, con su especialización y comportamientos específicos, así como la llegada de otros niñ@s tales como los niñ@s denominados/as a nivel internacional como de Cristal, los niñ@s psíquicos/as y otros, como los llamados de la tercera generación y cuarta generación.


Índigo e hipersensibilidad

Observamos varios niveles de hipersensibilidad: física, emocional, social, ética, psíquica y espiritual.



 A nivel físico, sus sentidos son más activos.
-          Vista. Abarca un mayor campo visual. Son hipersensibles a la luz fluorescente, lo que puede acarrear problemas de lectura y escritura.
-          Audición. Sus sentidos auditivos también están muy desarrollados. No soportan los gritos y los ruidos estridentes.
-          Olfato, gusto. Algunos tienen preferencias muy definidas en cuanto a comida, sabores y olores.
-          Tacto. A nivel táctil se observa la mayor sensibilidad. No soportan por ejemplo los textiles sintéticos ni el roce de una etiqueta.

En general, su metabolismo es remarcable; aprovechan más la energía de los alimentos y del descanso, es decir metabolizan más con menos cantidad de alimentos, se nutren de la energía pura tomada de los elementos del universo. Por eso, duermen poco, comen poco... y tienen energía en exceso.

A nivel emocional, su sensibilidad se manifiesta en una gran aptitud para percibir a los demás. Sienten lo que los otros sienten. No aceptan una caricia o muestras de cariño hipócritas. Leen los sentimientos de los otros. Rechazan toda manipulación, violencia, control. La supuesta “rebeldía” de ellos/as, (¡pero rebeldía con causa!),  no es más que una gran honestidad con ellos mismos y con los demás. Se trata de una rebeldía provocada por un medio hostil, porque no han encontrado en los adultos el apoyo o guía necesarios para crecer tan rápido como deben o porque les han tratado con violencia.

A nivel social, son muy conscientes de los problemas de su medio ambiente y su entorno socio-político y su empatía es elevada. Pueden afectar directamente a sus padres con sus opiniones y modo de vivir, y algunos/as de ellos/as presentan un cierto carisma de líder a temprana edad.

A nivel ético, son muy sensibles al engaño, la manipulación y la mentira, que detectan instantáneamente. Tienen alto sentido de ayuda, honor, valor, ética, integridad y noción de servicio.

Psíquicamente se observan capacidades inherentes de dones como sanación, manejo de energía a distancia, clarividencia, telepatía, lectura con la mano, precognición y telequinesia, entre otros dones. Algunos pueden percibir los campos energéticos (aura) de las personas, plantas y animales, pueden ver seres de otras dimensiones. “Se conectan espontáneamente con su intuición, la voz del alma a través del corazón, la puerta de entrada a lo interdimensional”, comenta María Dolores Paoli, investigadora venezolana.

A nivel espiritual pueden conectarse innatamente con la Esencia o Fuente y tienen acceso a otras esferas espirituales más fácilmente (si no se los invalida a través de influencia sociocultural materialista). Les atraen mucho desde temprana edad los temas espirituales y esotéricos.


La
lateralidad de los hemisferios cerebrales

Los niñ@s de la nueva generación tienen la facultad de manejar de igual manera ambos lados de su cerebro, de manera equilibrada, naturalmente y sin conflictos (sobre todo si su educación está bien encaminada).




HEMISFERIO IZQUIERDO

Pautas lógicas del mundo actual


HEMISFERIO DERECHO

Pautas de genialidad, de las artes y de la metafísica

 Centro lógico del cerebro.
Centro visual del cerebro, imágenes y sentimientos.
 Verbal, palabra, discursos, gramática.
No-verbal, imagines.
Lógica cartesiana, mental.
Intuición, sexto sentido, afectividad, creatividad, artístico, musical.
Acercamiento lineal, secuencia.
Acercamiento holístico, ráfagas.
Orden, la autoridad le da seguridad.
Sigue la autoridad sólo si está de acuerdo y confía en ella.
Una cosa a la vez, paso por paso.
C   Capacidad de llevar a cabo varias tareas a la vez
      (multi-tarea).
Modo de ver las cosas: de particular a global.
Modo de ver las cosas: de global a particular.

            
Tomado y ampliado de Doreen Virtue, 2001, Jeffrey Freed, 1997 y Fundación INDI-GO, 2003.

La teoría del HEMI-SYNCH del Doctor Robert Monroe, 1982, afirma que la sincronización armónica de los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro (Hemisphere Syncronization) puede permitir la activación del cuerpo pituitario y de la glándula pineal, entre otras glándulas, de manera que el sujeto entre en una especie de estado diferente de conciencia (ASC, Altered States of Consciousness), en el cual ciertas habilidades especiales extrasensoriales son activadas naturalmente, así como dones artísticos, genialidad intelectual y proezas físicas.


Índigo y educación, una gran responsabilidad

Estos niñ@s tienen una mayor capacidad para percibir y procesar información, lo que implica que sus maestros (tanto padres como educadores), deben aprender a manejar y canalizar estas habilidades. Como comenta Ivette Carrión, de la Asociación Índigo Universal (AIU) de Perú, es muy importante regresar a los valores más amplios y más elevados del ser humano, transmitir (esencialmente con el ejemplo) altos principios desde muy temprana edad, en la casa y la escuela, ofreciéndoles ambientes de desarrollo integral, no solamente físico e intelectual, sino también emocional, social y espiritual.

Se trata de niñ@s y jóvenes que requieren en su entorno la presencia de adultos emocionalmente estables y seguros. No pueden aceptar un sistema de sociedad que no esté basado en el amor. Estos niñ@s creen en sí mismos/as. Representan un reto para sus padres y educadores. Exigen de nosotros una atención especial y nos piden salir de los esquemas tradicionales de educación. Vinieron para abrir caminos, y nos escogieron para que les ayudemos a ser entendidos y escuchados. Como padres, debemos aplicar algunos principios básicos, ya sea que nuestro niño presente características Índigo o no.


Algunos principios para disfrutar de su compañía


La siguiente lista provee algunos parámetros para convivir armoniosamente con sus hijos/as. Como hemos dicho, que ellos/as sean Índigo o no es irrelevante. Todos los niñ@s son extraordinarios/as, todos/as están en entrenamiento –nosotros también–  y todos, absolutamente todos, necesitamos un trato especial basado en el amor[3].

  1. Aliente al niñ@, fortalezca siempre su autoestima.
  2. Deje que haga las cosas por sí mismo (aún si toma más tiempo, por ejemplo vestirse…). Deje que explore solo (dentro de los parámetros de seguridad necesarios). En general, son excelentes autodidactas.
  3. Evite tanto los castigos como las recompensas… Nunca recurra a los castigos físicos ni a los gritos. Exija a la escuela que no utilice castigos físicos y/o emocionales (además es ilegal). Los castigos y humillaciones pueden desencadenar graves bloqueos de aprendizaje, traumas emocionales, pérdida de autoestima y depresión. Deje que vean por ellos mismos las consecuencias naturales de sus actos (nuevamente dentro de los parámetros de seguridad necesarios).
  4. Sea firme, pero no dominante. Construya con ellos una relación de amigos y acompañantes en el camino de la vida, no de “jefes”.
  5. Respétele, sea muy honesta/o con él o ella. Acepte sus propias limitaciones[4].
  6. Con su ejemplo, enséñele el respeto por los demás.
  7. Dedique un  tiempo para estar juntos, escúchelo.
  8. Todas las cosas hágalas con él o ella  en cooperación, no por obligación. Respete los tiempos en los que él/ella quiere estar solo, respete su privacidad.
  9. No entre en la lucha de poder. ¿Hay conflictos? Pues no insista. Dar lecciones es absolutamente perder su tiempo, actúe y dé ejemplo.
  10. No ceda ante aquel primer impulso agresivo, tranquilícese y concédase un minuto para pensarlo. Si no puede manejar una situación, no dude en pedir ayuda a un profesional de su confianza. Pedir ayuda al mismo niñ@ o joven también resulta muy positivo.
  11. No lo sobreproteja.
  12. Estimule la independencia y la responsabilidad, no tema que ellos se independicen de usted (al  contrario, le van a agradecer y valorar por eso).
  13. Intente mantener calma, tranquilidad, seguridad interior. Sus niñ@s lo perciben todo.
  14. No exija siempre, y cuando exija algo, que sea razonable y fundamentado. No se trata de límites, se trata de estándares de vida más elevados.
  15. Nada de favoritismo.
  16. Cuide usted su tono de voz. El grito le hace perder autoridad y respeto.
  17. No dramatice la situación, sea natural y espontáneo.
  18. Diviértanse juntos. Al  final estamos aquí uno con el otro para disfrutar y crecer juntos.
  19. No “les” hable;   hable “con ellos”.
  20. La dulzura atrae dulzura; el mal genio atrae mal genio.
  21. Educar con el ejemplo. Acuérdese: “El niñ@ siempre hará lo Ud. haga, aún si no dice nada; y el niñ@ no hará necesariamente lo que le diga, si Ud. no lo hace”.

Compilación de Children, the Challenge, Rudolf Dreikur, 1964, Fundación INDI-GO, 2001 y de la  psicóloga Maria Renée Molina, Bolivia, 2003.

En sintesis:
-          Darles tareas lúdicas.
-          Ofrecerles la posibilidad de escoger.
-          Proporcionarles  responsabilidades.
-          Explicarles todo, con mucha honestidad.
-          Brindarles siempre cortesía y respeto.  Usted recibirá cortesía y respeto; ellos le entenderán y aprobarán.
-          Recordar que el cambio siempre comienza con uno mismo.

Se les debe proveer de ambientes que tengan centros de actividades (por ejemplo, el rincón de la pintura, de la computadora, de los disfraces, …), donde puedan tocar, armar, dibujar, coleccionar. Es decir crear espacios que ayuden al orden tanto interior como exterior, y a la auto-disciplina. La cuestión está en el ambiente, el entorno, en el abordaje de relaciones y en nosotros mismos (los adultos), más que en el niñ@.


Índigo y salud, física y mental
Algunos autores dan  las siguientes recomendaciones para el mejor desarrollo del niño.
-          No se preocupe por su alimentación. Su propio cuerpo le dice lo que debe comer. En caso de que su hijo/a rechace la carne. Las proteínas se pueden encontrar en la soya, trigo, queso, amaranto, nueces, almendras, maní, quinua y maca, entre otras. Su pediatra confirmará que su estatura y peso son normales.
-          No debe sobreprotegerlo. Lo más seguro es que su hijo resista las enfermedades mejor de lo que usted puede imaginar.
-          Si presenta facultades paranormales como clarividencia, clariaudiencia, telepatía, sueños premonitorios, no tome esto como producto de la imaginación o de enfermedad mental (psicosis, esquizofrenia). Usted deberá estudiar sobre estos temas para poder guiar a su hijo/a y asesorarse con un psicólogo de su confianza entendido en estos temas.
-          También puede darse el caso de que presenten una inteligencia, rapidez y/o memoria extraordinaria así como una inusual capacidad para las matemáticas y las computadoras, en este caso su hijo/a se sentirá mejor en un sistema de educación activo alternativo.
-          Los niñ@s Índigo no deben ser vistos como “entes superiores”, sino simplemente como humanos que muestran características que han estado dormidas en la humanidad por largo tiempo.

Desorden de Déficit de Atención e Hiperactividad


En 1996, la doctora Doreen Virtue reporta que en los Estados Unidos sesenta y cinco por ciento de los niñ@s diagnosticados con supuestos Desorden de Déficit de Atención (DDA) y Desorden de Déficit de Atención e Hiperactividad (DDAH) son tratados con una droga llamada Ritalina (clorhidrato de metilfenidato) de una manera excesiva que puede alterar su salud a largo plazo.

El supuesto DDA puede en realidad –en el caso de los Índigo– ser una “sobre atención selectiva creadora”  y/o el resultado de su gran velocidad para aprender las cosas, por lo tanto se aburren y prestan atención a otras cosas. Pero si están absortos en un tema de su interés, se pueden quedar concentrados por mucho tiempo, lo que demuestra que estos niñ@s no tienen déficit de atención como tal, sino que demuestran una rapidez inusual y una supra-atención[5].

La supuesta hiperactividad puede ser también simplemente la energía “normal” de los niñ@s en una sociedad cansada y estresada que no soporta las actividades de los niñ@s, sobre todo en un contexto urbano, donde los chicos tienen pocos espacios verdes para “desahogarse”.




Medicina alternativa y complementaria


Estos niñ@s y jóvenes son muy sensibles a energías sutiles y responden mejor a la medicina alternativa y complementaria que a la medicina alópata. Reaccionan positivamente a la homeopatía, terapias florales (como Flores de Bach), medicina ayurvédica, masajes energéticos (Tui Na), reflexología, digitopuntura (Shiatsu), músicoterapia, Reiki, EMF Balancing Technique, entre muchas otras terapias alternativas y complementarias.


Desarrollo integral

Es necesario proveer un desarrollo integral a estos chicos (y a todos los niños en general); es decir, trabajar todos los niveles de atención:

-          En lo físico: actividades como natación, yoga, tai chi chuan u otras artes marciales, o cualquier deporte que le guste de verdad al niñ@ y de ser  posible, que no sea competitivo…
-          En lo mental: actividades intelectuales como filosofía, ajedrez, literatura, informática…
-          En lo artístico: actividades como danza, música, pintura, cerámica….
-          En lo emocional: ofreciéndole estabilidad, afecto constante y amor incondicional. Auto-estima.
-          En lo psíquico: proveer técnicas simples de protección y de manejo adecuado de la energía psíquica.
-          En lo espiritual: con actividades encaminadas al crecimiento interior, libres de dogmas y sectarismos.
-          Y en general, proveer un intercambio diario con la naturaleza, criar mascotas, sembrar y cuidar de plantas…

Es de suma importancia escuchar atentamente al niño para saber lo que necesita y no necesita.
Herramientas lúdico-pedagógicas

Los educadores especializados han notado que, sin duda, los niñ@s y jóvenes de la nueva generación actúan de manera netamente diferente a nuestra generación, lo cual representa un reto en el mundo de la educación.

Responden mejor a la educación alternativa y activa, como los sistemas Montessori, Waldorf (Rudolf Steiner), William Kilpatrick, Unipaz (Pierre Weill, Brasil), Superaprendizaje (Jazmín Zambrano, Venezuela), Creática (Natalio Domínguez, Venezuela), y todo sistema de educación que utilice sitemáticamente todas las inteligencias múltiples, respetando la integridad personal.

A lo cual es importante incorporar sistemáticamente la músico-enseñanza, las “armonizaciones”, el arte, como proceso y fin, los “diálogos de saberes”, la ética, los valores, la noción de servicio, el yoga[6] , los mandalas, las artes marciales, las bio-técnicas, entre muchas otras herramientas.


Cinco principios para la co-educación de los niñ@s y jóvenes de la nueva generación

-          Principio de complementariedad y alternativas prácticas.
-          Principio de  inclusión y de  interculturalidad.
-          Principio de desarrollo de  inteligencia (versus memorización).
-          Principio de  valores y ética.
-          Principio de bio-educación: tomar en cuenta la parte lúdica de las actividades y el gozo que debe producir el proceso de aprender.

En una palabra, estamos co-creando una co-educación humana para un ser humano integral y digno.
                                     
Todo lo anterior será ampliado y explicado en el siguiente libro de la Colección KAYA, “Índigo y Co- edu-creación”, en el cual hablaremos también de nuevas técnicas para lograr el bienestar integral de los niños y niñas.

Fundación INDI-GO, con la participación de la Dra. Jeaneth Suárez, médica y pedagoga, Ecuador; la Dra. Yolanda León Ruiz, Colombia; y la Arq.  Margaret Seleme de Guevara, Bolivia.






[1] Niñ@s: leer niños y niñas
[2] En inglés: Attention Deficit Disorder (ADD) y Attention Deficit and Hyperactivity Disorder (ADHD).
[3] En otras palabras, lo que le hace bien a un Índigo le hace bien a todos lo niñ@s, es decir que el Índigo “marca la pauta” para todos.
[4] Tanto la del niñ@ como la del padre o madre.
[5] La supra-atención: cualidad que demuestra una atención más profunda y sostenida que el promedio normal (comparando con otros niñ@s de su edad) y puede incluir la atención múltiple (es decir que el niño tiene la facultad de llevar a cabo varias tareas a la vez sin dificultad).
[6] Los profesores también deberían tomar como mínimo una hora de yoga (u otros ejercicios de relajación de su preferencia) por semana. Para los niñ@s se debe hacer los ejercicios rápida y lúdicamente.




Los jóvenes: más allá de la educación
Wolfgang Kellert

La frecuencia Índigo es una vibración
 a la que el planeta Tierra se está adaptando paulatinamente;
es la frecuencia de la Nueva Era.

La “Nueva Humanidad” profundiza en aquello que “no es concreto a los ojos comunes”, sino al espíritu. No profundiza en la religión, sino en la espiritualidad. No busca un mejor ingreso per cápita, porque no existe dinero que lleve a Dios, no busca mejorar la salud, porque la enfermedad sencillamente no existe en la perfección, no busca la equidad de género, porque todos somos uno, no busca reducir la mortalidad, porque nuestros cuerpos son simplemente vehículos. No busca aquello, que el ego del hombre se ha empeñado en buscar, porque Dios es la ausencia del ego.


El mundo Índigo

¿Y cómo cambia también nuestra postura cuando entramos en el mundo Índigo?
La frecuencia Índigo es una vibración a la que el planeta Tierra se está adaptando paulatinamente; es la frecuencia de la Nueva Era. Una vibración distinta que produce grandes cambios en el ser humano y que puede provocar problemas de adaptación en una sociedad tradicional por causa de las capacidades “paranormales” de los seres Índigo.  Basta con mencionar la palabra  “paranormal”, para que entremos en temas donde nuestra lógica nos diga que estamos saliéndonos por la tangente; no obstante, el fluir de este caudaloso río, suena más y más, y a Dios gracias cada vez existe más gente trabajando en esta realidad, aunque más de un amigo nuestro nos diga en tono escéptico ¿frecuencia qué?

Esta frecuencia o vibración Índigo ha hecho que muchos jóvenes vivan rodeados de incomprensión y frustración ante la falta de adaptación al sistema; pero qué pasa con esta juventud… están en una etapa de gran fuerza, de mucha energía, con toda la vida por delante, con la vía libre para vivir a plenitud todo lo que este mundo ofrece; sea cual fuere su realidad socioeconómica, hay algo para aprender y experimentar, y siempre hay algo de qué asirse. Sus cuerpos emocionales están desarrollándose a todo vapor, y es una etapa de gran convulsión a nivel de las sensaciones y los sentimientos. Todo lo aprehendido a nivel emocional durante la niñez, sea bueno o malo, será clave para dar las directrices de su personalidad que es formada por el medio ambiente influyendo sobre su temperamento. A diferencia de los niños que todavía están siendo “educados”, los jóvenes ya cuentan con su autonomía. Es aquí donde comienza la cosa.


Apertura de conciencia

Miles de jóvenes, Índigo o no, tienen problemas de adaptación en la sociedad, y pasan a ser una “persona rara”, cada cual con sus diferentes problemas, pero rara al fin. Donde radica el meollo del asunto en esta Nueva Era, con jóvenes cualquiera que fuese su “especie”, es sencillamente en la apertura de conciencia: la palestra donde los Índigo que despiertan juegan un rol de vital importancia.

Saberse Índigo, tener facultades psíquicas… es inútil si no se tiene conciencia en el espiritual sentido de la palabra. Saberse Índigo puede significar un verdadero problema, a la hora de luchar con el ego de “maestro de la nueva humanidad”, a la hora de entrar en un fanatismo holístico, a la hora de envilecerse con los dones, a la hora de justificarse… Teóricamente un Índigo no tiene esos apegos humanos. Teóricamente. Más aún, si ese Índigo no se enteró de esa esencia que a lo largo de los años ha sido contaminada por la sociedad. Hay que despertarlos, hay que desconectarlos de “La Matriz”, no sólo a ellos, que tienen las de ganar, sino a todos.

A veces es difícil tratar con los jóvenes, tienen una terquedad propia de la edad, una rebeldía propia de su conciencia “naif”.  Sin subestimarlos, sus ideales, sus sueños, sus ganas, sus euforias, sus decepciones, sus ilusiones, sus enamoramientos… son propios de un nuevo lienzo que se va pintando en el camino de sus vidas. El comportamiento pendular es típico. Su actuar en función a su ánimo, también. Pese a su autonomía, todavía son vulnerables, y a veces su inocencia raya en la estupidez; pero ahí está lo bueno, la inocencia es pureza, y en la pureza está Dios. No es aprovecharse de su inocencia, se trata de ligar esa pureza con el universo, se trata de apuntar a esa parte de ellos que todavía no ha sido maleada y evitar que se vayan al lado oscuro, despertando su conciencia divina.


El portal de retorno

Los jóvenes son altamente influenciados por sus emociones, y estas son el gran portal de retorno a La Fuente; no su inteligencia múltiple, sino el estado de no mente. En otras palabras, hay que hablarles al corazón. No maternalismos, no paternalismos, no con la “experiencia de los años”… De alma a alma. Es ser ellos, y con ellos, es ser uno. Una gran mayoría de los jóvenes, por no decir todos, abren sus puertas a la espiritualidad cuando abordamos el tema de manera adecuada. Sin dogmas religiosos, sin mandamientos… Para la esencia Índigo el concepto de culpa no existe; y el pecado junto a toda la parafernalia dogmática, tiene tintes primitivos. Reconoce los sucesos sin juicios como correcto o erróneo; lo hace con desprendimiento, sin apego, sólo con el fin del aprendizaje; con una respuesta interior a los sucesos exteriores. Es ahí donde rompe los esquemas en todos los sentidos.

Si no se despierta la conciencia Índigo (que es distinto a saberse Índigo, o creerse uno), los jóvenes seguirán sirviendo con su brillantez al sistema. De nada servirá que hayan desarrollado una superinteligencia, cuando lo que se busca es una inteligencia superior. Sería como utilizar un Ferrari por caminos escabrosos, o como descubrir una medicina para una enfermedad que no existe.

En líneas generales, y sin entrar en detalles socioeconómicos, la mayoría de los jóvenes tienen una natural afinidad con la tecnología y marchan tan rápido o más que el ritmo que lleva el mundo. El acceso a la información hace que estén al tanto de los sucesos, y sus capacidades innatas, hacen que surja el deseo de buscar la excelencia en sus profesiones; está claro que son más inteligentes, y no sólo por su esencia; pero vemos también que eso puede llevarlos a una búsqueda y al saboreo de lo “mundano”, de lo snob, de lo alienado. Su ruptura de esquemas puede llevarlos a una anarquía pseudo espiritual, a esa incomprensión de satisfacerse sin encontrarse; a ese exceso de energía que no saben en qué gastarlo; a no darse cuenta de qué están hechos y para qué. Lo único que tienen claro, es la duda. Y no sólo los Índigo.


Rompedor de esquemas

Un joven Índigo se da cuenta que es un rompedor de esquemas, cuando se descubre a sí mismo, cuando comprende que este asunto va más allá de una “vida decente”, cuando entiende que ha sido bendecido con dones que lo suben varios escalones en la escala evolutiva, cuando se acuerda que su nacimiento en esta tierra es un retorno por un bien común y elevado. Cuando se da cuenta que lo que carga sobre los hombros es una amorosa responsabilidad. Cuando entra en conciencia que la revolución debe transformarse en evolución para llegar a la trascendencia.  Sólo en ese momento verá que romper con el sistema es romper con el velo de la oscuridad, con sabiduría, con entrega, con certeza, con amor… no con rebeldía.

Se dará cuenta que su desenfreno por la búsqueda de experiencias indiscriminadas, o la desolación ante la incomprensión, eran simplemente parte de la crisálida. Disfrutará de estar solo, de regenerar, canalizar y focalizar su enorme energía. Despertarán sus sentidos sutiles, su vibración se acelerará, emanará luz, empezará abrirse su tercer ojo, despertará el maestro, se fundirá a la Fuente, volverá a ser Conciencia pura, y se unirá al Todo. Su sola presencia romperá esquemas.

Aparentemente sólo buscamos la ayuda divina, en una buena mayoría de los casos, cuando estamos en problemas. El dinero, la autoestima y los amores, por citar algunos ejemplos, son tres casos típicos que llevan a los jóvenes a la depresión. Sin embargo son los mejores momentos para poder encontrarse con uno mismo. Dentro de las experiencias que tuve al trabajar con jóvenes, pude notar la ausencia de una verdadera comunicación con los padres; si bien muchos decían “tener plena confianza con ellos”, esa confianza llegaba hasta por ahí, porque los padres se limitaban a ser eso, padres cariñosos; pero no podían cubrir esa búsqueda espiritual que iba más allá de la religión que se profesaba en casa. Algunos padres eran católicos acérrimos o a medias, pero en ambos casos no había una apertura para esa espiritualidad, también a medias, de los jóvenes. Como que en el lado paternal yacía una religión intocable, sea por principios, por ignorancia, o simplemente por falta de interés. Palabras tales como pecado o culpa, eran parte de la vida, porque “así es este mundo real”. Sin embargo, pese a las influencias claramente clavadas en las mentes de los jóvenes, el interés por aquello que va más allá de lo común, en términos sociales y religiosos, muchos jóvenes aguzaban los sentidos por una filosofía de vida propia a la de la Nueva Humanidad, y más de una vez vi el brillo esperanzador en sus ojos. Sin embargo, la cotidianeidad, era el enemigo número uno que hacía que esos atisbos de despertar de conciencia cayeran nuevamente en la somnolencia.


¿Qué hacer?

Varias situaciones fueron importantes para que los jóvenes comenzaran a despertar la conciencia:

  • Escucharlos con una gran atención, y hacer que ellos tomaran las riendas de la conversación, en una charla totalmente horizontal.
  • Nada de juicios al momento de las “confesiones”, sino compartirlas, bajando el tono de la gravedad de sus actos con el puro afán de anestesiar el dolor. No obstante, con una profunda y desapegada comprensión de nuestros errores y entrando en la confianza de “a mí me pasó lo mismo”.
  • Ser sus cómplices.
  • Reírnos con ellos, y verle lo bueno a “lo malo”. Hacerles ver que por más mala que parezca la situación, está bien, porque es la señal que nos ayuda a crecer.
  • Compartir sus gustos, que nos enseñen sobre ellos, y hasta que nos den consejos.

Estos escuetos puntos, que a primera vista pueden resultar obvios, pueden ser manejados con facilidad por un psicólogo, o por alguien que se da cuenta de una comunicación horizontal. No obstante son simplemente el comienzo de la aventura, algo que va más allá de “tratar al muchacho con tacto y amistosamente”. Se trata de “entrar en contacto con el alma del muchacho”, de mostrarle su pluridimensionalidad; de hacerle dar cuenta de su superioridad, no en términos de ego, sino de creación suprema. Que todo lo que sucede en el mundo externo es producto de su interior, de su propia creación, consciente o no. Que es capaz de trascender, que puede eliminar todo aquello que ha sido motivo de tristeza o preocupación, con tan sólo conectarse consigo mismo.Es hacerle ver que tiene más de cinco sentidos, y que su presencia en este mundo tiene un propósito que va más allá de ir en busca de la satisfacción del éxito económico y el techo propio; que puede dejar de llenar el formulario que exige la sociedad para el bien de la misma sociedad; y que si bien “sólo se vive una vez” (al menos una vez a la vez en esta dimensión), significa que es sólo una vez en esta vida actual para lograr acercarnos a Dios, ya que si realmente creemos en Él, la muerte es tan sólo una etapa en nuestra verdadera vida, y si creemos en eso, lógicamente hay una razón más profunda que prima en nuestra existencia en este mundo, en este ahora.

No todos tienen el mismo grado de evolución en este planeta. Cada uno viene con el propósito de aprender algo, hasta el más escéptico, hasta el mayor de los malandrines, hasta el más materialista… sólo que no son conscientes de ello; y el plan de la esencia Índigo, es romper los esquemas tradicionales que justamente hacen eso: no ver más allá de este mundo. Por eso vinieron seres como Jesús, que respetaron nuestro libre albedrío, pero que nos mostraron el camino de vuelta a La Fuente. Cuando respetamos el proceso del prójimo, empezamos a comprender que no podemos criticar a nadie, y menos juzgarlo. Cómo podríamos hacerlo, si sabemos que esa persona antes de nacer ha escogido precisamente ese rol o esas situaciones en su vida, para un aprendizaje muy específico. “Es un mediocre”, “No tiene dónde caerse muerto”, “Es un mujeriego”, “Es un ladrón”, “No busca a Dios”… Todas estas situaciones son lecciones escogidas por su Espíritu antes de encarnar para aprender una lección que va más allá de los Juicios humanos, pero que en todo caso, siempre tiene un objetivo de depuración.

El Índigo debe comprender que su misión es ayudar a esos seres a comprender su lección. Ésto no significa que no deban jugar en esta tierra con ciertas reglas: hay que comer, hay que pagar la renta, hay que conseguir dinero… no como un objetivo, sino como un medio. Claro que debemos alimentarnos, claro que necesitamos un techo. Necesitamos estar vivos para vivir la experiencia, y para eso tenemos que alimentarnos, y para eso hay que conseguir alimento, pero ya llegará el día en el que la energía que necesitan nuestros cuerpos no provenga de carbohidratos; de hecho ésta es una realidad que se va plasmando paulatinamente con la llegada de los Índigo, con su poco comer, con su exceso de energía. La Nueva Humanidad se está regenerando con la nueva vibración, que inclusive es inmune a las enfermedades.

No se trata sólo de conversar con un joven como si tratase de un párvulo al que hay que guiar, sino hay que despertar al maestro que nos ayudará a evolucionar, y él tiene que saberlo. No es de padre a hijo, de hermana a hermano, de educador a educando; es de Yo Superior a Yo Superior; la única diferencia que existe es que están en un cuerpo humano más joven en términos de tiempo lineal terrestre.

No basta con decirle al Índigo en qué es diferente, no basta con explicarle por qué; si no hay que ayudarlos a que entienda el para qué; sólo así sabrá su razón de ser.